El Gobierno quiere ampliar la atención psicosocial a niños y jóvenes

El Gobierno quiere ampliar la atención psicosocial a niños y jóvenes

El ministerio brasileño de Salud ha instituido una política temporal de incentivos financieros federales para los estados y municipios que quieran ampliar la atención local a los niños y adolescentes diagnosticados con ansiedad o depresión.

La ayuda financiera federal se detalla en una ordenanza firmada por el ministro Marcelo Queiroga y publicada en el Boletín Oficial de la Unión el lunes (27).

En un informe difundido en 2021, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Instituto Gallup señalaron que, en todo el mundo, uno de cada siete niños y jóvenes de entre 10 y 19 años sufre algún tipo de trastorno mental.

Ese mismo año, la Sociedad Brasileña de Pediatría alertó a los médicos y a la sociedad en general sobre el hecho de que los trastornos psicosociales entre los adolescentes, que ya venían recibiendo una atención creciente, pasaron a ser centrales tras el inicio de la pandemia del covid-19. Según la entidad médica, los cambios en la rutina provocados por la crisis de salud pueden provocar cambios de comportamiento como agresividad, falta de concentración, abuso de la tecnología digital y/o de las drogas lícitas e ilícitas.

Apoyo financiero

De acuerdo con la ordenanza ministerial, los incentivos federales tienen como objetivo financiar la ampliación del acceso de niños y jóvenes a la red pública de atención a los trastornos del estado de ánimo “para hacer frente a los impactos resultantes de la pandemia de covid-19”.

Estos recursos financieros deben invertirse en la implantación de equipo(s) multiprofesional(es) de atención especializada en salud mental; adquisición de equipamiento y ampliación de las unidades ambulatorias u hospitalarias; y en la informatización de los Centros de Atención Psicosocial Infantil y Juvenil.

Para solicitar los incentivos financieros, los gobiernos locales de estados, municipios y el Distrito Federal deben contar con un espacio físico (dispensarios, policlínicas o unidades hospitalarias) capaz de permitir el trabajo de un equipo multidisciplinario especializado en la atención de la salud mental, con al menos dos salas dedicadas a la atención de la ansiedad y la depresión en niños y adolescentes.

El Fondo Nacional de Salud transferirá los montos aprobados en una sola cuota, vigilará su aplicación, y los recursos no utilizados deberán ser devueltos a las arcas federales.